jueves, 6 de octubre de 2011

Día 29 (despertar)

Aún es por la mañana. Estoy en la playa del oeste, la Playa de la Media Luna, o eso me dijo T. Hace un rato uno de los robots me ha traído una pequeña mochila con un mensaje holográfico de T: no puedo enseñársela a nadie. En su interior había un mapa, una brújula, un cuchillo, algo de comida enlatada, una manta… ¿Y por qué no puedo enseñárselo a los demás? ¿Es que ellos no tienen derecho a sobrevivir en la isla?

He intentado comunicarme con T a través del robot, pero éste me ha ignorado completamente y se ha largado dejándome con la palabra en la boca. ¡Joder! No entiendo nada de nada.

Empiezo a ver movimiento en la playa… Me acercaré sigilosamente y me quedaré observando desde un árbol a ver qué ocurre.

[Un rato más tarde]

Se han despertado tres. Los dos que se ven más jóvenes y uno algo más mayor con barba. No recuerdo sus nombres. Todos al levantarse se han mirado aturdidos, como es normal, sin saber dónde estaban. Uno de los chavales, el del pelo negro, ha empezado a gritar que si todo esto era una broma. Los otros dos se han mirado extrañados y han tardado en ver la nota pegada al árbol. Cuando lo han leído, el ánimo del más joven se ha contagiado a sus compañeros.

El resto de personas siguen dormidas, inconscientes o en el estado que sea que han llegado a la isla. Tal vez debería acercarme a ellos y echarles un cable o algo…

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